Comentario
El siglo XIX deja una Barcelona burguesa e industrial, moderna, abierta al exterior. La entrada de aires de renovación cultural se plasma en la llamada Renaixença, movimiento que afecta a todos los niveles: literario, pictórico, arquitectónico, científico, político, etc. Barcelona se configura entonces como la ciudad más progresista de España, la puerta de entrada a nuevas tendencias y manifestaciones.
Al mismo tiempo, Barcelona es el escenario en el que se dirimen profundas diferencias sociales y políticas. Con respecto a las primeras, los movimientos obreros plantean sus reivindicaciones frente al poder económico de la burguesía, multiplicándose las huelgas y manifestaciones, que culminarán en el pistolerismo de los años 20. Con respecto a las segundas, Barcelona se convierte en capital del catalanismo, siendo frecuentes los roces con respecto a la política estatal desarrollada por el gobierno establecido en Madrid. Uno de los momentos culminantes de estos enfrentamientos será la Semana Trágica, de 1906, en la que la protesta por el embarque de tropas catalanas con destino a Marruecos derivará en sangrientos combates. En 1914 se creará la Mancomunitat de Catalunya. Las reivindicaciones nacionalistas llevarán a la creación de la Generalitat y la promulgación del Estatuto de Autonomía, en 1932.
A pesar de vivir tiempos tan convulsos en lo político-social, Barcelona se beneficia de una gran despegue económico en los años 20, gracias fundamentalmente al papel neutral de España durante la I Guerra Mundial. El mejor exponente de esta prosperidad es la celebración de la Exposición Internacional de 1929.
Barcelona es una de las capitales españolas en las que la sublevación militar del 18 de julio de 1936 no triunfa, gracias a la resistencia de sus ciudadanos y autoridades. La guerra civil, no obstante, dejará una importante secuela de víctimas y daños materiales, siendo bombardeada cruelmente por la Aviación y la Marina de Franco. La represión de los vencedores fue atroz, eliminando todos los logros anteriores. El paisaje de la posguerra fue, como en toda España, literal y metafóricamente grisáceo.
Los años 50 y especialmente los 60 significan el comienzo de la recuperación económica. La llegada de inmigrantes multiplica su población hasta situar a Barcelona como la segunda ciudad de España en población, tras Madrid, un aporte demográfico que, no obstante, crea graves problemas sociales y carencias. A pesar de ello, Barcelona crece físicamente y la calidad de vida de sus habitantes se incrementa de manera paulatina.
La muerte de Franco en 1975 supone la vuelta a la democracia y la recuperación de las instituciones catalanas. El proceso de crecimiento de Barcelona culmina con la celebración, en 1992, de los Juegos Olímpicos, ocasión que es aprovechada por la ciudad para renovar su configuración urbanística, embelleciéndose con nuevas y modernas construcciones -Estadio Olímpico, Hotel Arts, etc.-, y convertirse en una de las principales ciudades de España en el ámbito cultural.
En la línea de esta dinámica política cultural surge el Fórum 2004, un acontecimiento internacional en el que se pretende pensar y experimentar sobre los principales momentos culturales y sociales que debe afrontar el mundo a lo largo de este siglo XXI. El Fórum ha sido organizado de manera conjunta por el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya y el Gobierno de España, recibiendo el apoyo de la UNESCO. Las actividades se desarrollan en dos espacios: el propio recinto del Fórum y la ciudad de Barcelona.
Durante los 141 días de su duración, entre el 9 de mayo y el 26 de septiembre de 2004, este importante encuentro cultural y ciudadano se estructura en torno a tres grandes ejes: la diversidad cultural, el desarrollo sostenible y las condiciones de paz. A través de diversas actividades culturales y lúdicas -exposiciones, talleres, espectáculos, conciertos, juegos o mercados- el visitante podrá disfrutar de este evento, sin olvidar los Diálogos, un programa de debates para reflexionar sobre los ejes mencionados, con la participación de más de 1.500 ponentes procedentes de todo el mundo.
La celebración de este importante evento ha permitido a Barcelona rehabilitar la zona litoral de la ciudad próxima al río Besòs y ganar un nuevo barrio, dotado de importantes infraestructuras que, evidentemente, siguen criterios de desarrollo urbano sostenible.